Las nubes se aferran a los montes
Y descienden hasta el valle, ahora brumoso.
Se pierden de vista los horizontes
Que marcaban el camino a lo remoto.
No suena del pájaro alegre el trino,
Ni el gallo ha cantado esta mañana;
El paisaje gris, oscurecido,
Va pasando lentamente a través de mi ventana.
El día va cayendo, como triste,
Sin luz alguna que contemplar;
Llegará la noche pensando que el tiempo no existe
Y no saldrán las estrellas ni la luna brillará.
A lo lejos se abre un claro, a lo lejos…
Pero el sol no ha aparecido.
Debe estar, donde las nubes se aferran a los montes
Y descienden hasta el valle, ahora brumoso.
Perdiendo de vista el horizonte
Que abrió su paso, hoy, hacia el olvido.
Dia gris
Publicado por Andrea en 19:52
Mi alma, la tuya.
Tu nombre junto al mío, enredados,
Deteniendo la distancia, el tiempo;
Fue el instante en que los sueños despertaron.
No habríamos descubierto nada,
Si hubiésemos seguido adormecidos;
Si no hubiésemos destapado el alma
Ni hubiésemos teñido el aire con suspiros.
Entonces fue todo cierto,
Cada mirada, cada sonrisa, cada “te amo”,
Fue, casi tan fugaz como aquel sueño,
Pero aun puedo recordar cada roce de tus manos.
Y repaso cada espacio de tu piel
Con los ojos cerrados y abiertos los sentidos.
Recorriendo cada tramo que, sin ver,
Se funde con mi alma y aumenta los latidos.
Dije mi alma, y al pronunciarlo,
Sin duda alguna mentí.
Mi alma ya no es mi alma,
Ese rincón de mi misma ahora te pertenece a ti.
Si alguna vez me aborreces, o tu corazón me olvida,
El alma mía que es tuya, no me la devuelvas,
Pues es peor vivir muriendo con el alma herida
Que morir en vida, pero sin tenerla.
Publicado por Andrea en 17:42
nada que hacer ni que hablar,
y entre unas cosas y otras,
las vidas de otros sostienen
sin las suyas siquiera mirar.
¿Cuál ha sido mi pecado?
¿Cuál el error cometido?
¿Es porque me he enamorado
de un hombre que he conocido,
el cual me ha dado su alma,
y su amor y su cariño?
¿Acaso tengo condena,
o penitencia, o castigo?
Decidme gentes del pueblo,
¿que pena es la que me aplican?
¿En que párrafo de leyes
está la injusticia escrita
que diga que amar no puedo,
quitándome así la vida?
Decidme, murmuradores,
¿Con qué puedo yo pagaros
el estar amando a aquel,
que ha puesto en mi sus amores;
y aun vosotros renegaros,
-"¡que eres muy joven pa el!"
Decidme entre todos ¿que es el amor?
¡decídmelo con vuestros cantos!
Que yo soy joven, lo sé,
pero lo que estos ojos ven,
no son sus cuarenta y tantos;
si no un hombre que al mirarme,
por mi nombre me ha llamado,
y mis ojos jubilosos
por el suyo contestaron.
Como si ya fuera mio,
y yo suya antes de hablarnos.
No digais entonces nada,
no voceeis en vano,
que si yo soy la inocencia,
¡que orgullosa me hace sentir
llevar la experiencia al lado!
Y si pensasteis alguno,
hablarme de intransigencia,
tranquila está mi conciencia,
mas nunca sabrán cuanto amé,
ni cuanto lo que me amaron.
Publicado por Andrea en 22:16
Me enamoré
al estar enamorada.
El corazón se te enciende,
te delata la mirada.
Las palabras se entrecortan,
se estremecen los sentidos;
los sentimientos se adornan
entre risas y suspiros.
La piel se torna ardorosa
con el roce de su piel;
las manos que se refugian
entrelazadas, tambien.
Las alas que ahora se expanden,
siempre, una y otra vez.
O el beso que te desnuda
de la cabeza a los pies.
El sentimiento impaciente
de aquella necesidad;
de amarte hoy mañana y siempre;
y siempre, que sea más.
La noche con mas estrellas
no se puede comparar,
al brillo de nuestros ojos;
luz en nuestra oscuridad.
Instantes que nos miran
con aires embelesados,
sin saber, que esos momentos,
son los nuestros mas preciados.
El tiempo entonces no existe,
nosotros dos y más nada.
Yo se bien lo que se siente.
Yo estoy más que enamorada.
Publicado por Andrea en 0:17
Publicado por Andrea en 17:08
Publicado por Andrea en 21:41
Los nervios afloraban sobre mi piel, pude sentirlos afuera,
Mientras el corazón cada vez más y más se acelera…
Mientras mis palabras se esforzaban por no entrecortarse.
Era inútil intentar disimular lo que no puede ocultarse.
Tantas veces con tu presencia, con tu calor he soñado…
Ahora todo es diferente, puedo soñar a tu lado.
Fue más que especial ese momento, fue nuestra dulce locura,
Cuando en un instante sentí que tus brazos rodeaban mi cintura.
Creo que no puedo explicarte lo que en ese tiempo llegué a sentir,
Fue un cúmulo de sensaciones que solo supieron recogerse junto a ti.
Las gujas del reloj corrían demasiado cuando nuestros ojos fijaban nuestras miradas,
Cuando se unieron dos almas queriendo gritar lo que pronunciaron al tiempo nuestras bocas cerradas.
Publicado por Andrea en 22:32