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Dia gris

Las nubes se aferran a los montes

Y descienden hasta el valle, ahora brumoso.

Se pierden de vista los horizontes

Que marcaban el camino a lo remoto.

No suena del pájaro alegre el trino,

Ni el gallo ha cantado esta mañana;

El paisaje gris, oscurecido,

Va pasando lentamente a través de mi ventana.

El día va cayendo, como triste,

Sin luz alguna que contemplar;

Llegará la noche pensando que el tiempo no existe

Y no saldrán las estrellas ni la luna brillará.

A lo lejos se abre un claro, a lo lejos…

Pero el sol no ha aparecido.

Debe estar, donde las nubes se aferran a los montes

Y descienden hasta el valle, ahora brumoso.

Perdiendo de vista el horizonte

Que abrió su paso, hoy, hacia el olvido.


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Mi alma, la tuya.


Las nubes escribieron sobre el viento
Tu nombre junto al mío, enredados,
Deteniendo la distancia, el tiempo;
Fue el instante en que los sueños despertaron.

No habríamos descubierto nada,
Si hubiésemos seguido adormecidos;
Si no hubiésemos destapado el alma
Ni hubiésemos teñido el aire con suspiros.

Entonces fue todo cierto,
Cada mirada, cada sonrisa, cada “te amo”,
Fue, casi tan fugaz como aquel sueño,
Pero aun puedo recordar cada roce de tus manos.

Y repaso cada espacio de tu piel
Con los ojos cerrados y abiertos los sentidos.
Recorriendo cada tramo que, sin ver,
Se funde con mi alma y aumenta los latidos.

Dije mi alma, y al pronunciarlo,
Sin duda alguna mentí.
Mi alma ya no es mi alma,
Ese rincón de mi misma ahora te pertenece a ti.

Si alguna vez me aborreces, o tu corazón me olvida,
El alma mía que es tuya, no me la devuelvas,
Pues es peor vivir muriendo con el alma herida
Que morir en vida, pero sin tenerla.

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Hay gentes que aun hoy no tienen

nada que hacer ni que hablar,

y entre unas cosas y otras,

las vidas de otros sostienen

sin las suyas siquiera mirar.


¿Cuál ha sido mi pecado?

¿Cuál el error cometido?

¿Es porque me he enamorado

de un hombre que he conocido,

el cual me ha dado su alma,

y su amor y su cariño?

¿Acaso tengo condena,

o penitencia, o castigo?

Decidme gentes del pueblo,

¿que pena es la que me aplican?

¿En que párrafo de leyes

está la injusticia escrita

que diga que amar no puedo,

quitándome así la vida?

Decidme, murmuradores,

¿Con qué puedo yo pagaros

el estar amando a aquel,

que ha puesto en mi sus amores;

y aun vosotros renegaros,

-"¡que eres muy joven pa el!"

Decidme entre todos ¿que es el amor?

¡decídmelo con vuestros cantos!

Que yo soy joven, lo sé,

pero lo que estos ojos ven,

no son sus cuarenta y tantos;

si no un hombre que al mirarme,

por mi nombre me ha llamado,

y mis ojos jubilosos

por el suyo contestaron.

Como si ya fuera mio,

y yo suya antes de hablarnos.


No digais entonces nada,

no voceeis en vano,

que si yo soy la inocencia,

¡que orgullosa me hace sentir

llevar la experiencia al lado!

Y si pensasteis alguno,

hablarme de intransigencia,

tranquila está mi conciencia,

mas nunca sabrán cuanto amé,

ni cuanto lo que me amaron.

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Me enamoré

Yo se bien lo que se siente
al estar enamorada.
El corazón se te enciende,
te delata la mirada.

Las palabras se entrecortan,
se estremecen los sentidos;
los sentimientos se adornan
entre risas y suspiros.

La piel se torna ardorosa
con el roce de su piel;
las manos que se refugian
entrelazadas, tambien.

Las alas que ahora se expanden,
siempre, una y otra vez.
O el beso que te desnuda
de la cabeza a los pies.

El sentimiento impaciente
de aquella necesidad;
de amarte hoy mañana y siempre;
y siempre, que sea más.

La noche con mas estrellas
no se puede comparar,
al brillo de nuestros ojos;
luz en nuestra oscuridad.

Instantes que nos miran
con aires embelesados,
sin saber, que esos momentos,
son los nuestros mas preciados.

El tiempo entonces no existe,
nosotros dos y más nada.
Yo se bien lo que se siente.
Yo estoy más que enamorada
.

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He llorado por tu ausencia,
y no es tristeza lo que siento.
Sé que he de volverte a ver,
pero es grande el sentimiento.
***
Mas allá de todo esto,
cuando seamos inmortalidad,
yo estoy segura, mi vida,
que el amor existirá.
Y ya no habrán mas distancias,
nada nos separará.
Y ya no habrán despedidas;
seremos eternidad.
***
Labios que inducen trémulamente,
que suavemente incitan a besar.
Labios que se brindan próvidamente
a tocar los mios con ambiciones de amar.
Labios que poseen locura, ternura,
pasión y dulzura al besar.
Labios que recorren en la noche oscura
todos mis instintos, que me hacen volar.
Labios que muerden y me acarician,
obsesión perpetua que me provoca.
Dulce desenfreno, loca codicia,
¡No retires tus labios jamás de mi boca!
***
Cuando llegue a mi el último suspiro,
cuando el corazón vaya dejando de latir,
cuando mis ojos se hallen entornados
sin nada a mano que descubrir.
Cuando llegue el momento de reiterar,
cuando los sentimientos no tienen donde sentir.
Cuando todo se acabe y deba marchar;
en ese instante, mi amor, pensaré en tí.
***
Dime que es lo que te asombra,
cuando en tus ojos yo me extravío;
si es tu mirada la que calienta mi alma
aunque me muera de frío.
***
Anoche sin darte cuenta
pasé rozando tu almohada,
tú dormias mas que tranquilo,
yo, en silencio, solo te miraba.
Aun sabiendo que soñaba,
nada me pareció incierto;
me recosté sobre tu cama,
mis manos rozaban tu cuerpo.
Pero el sol de la mañana
entró por mi habitación,
y mientras me despertaba,
sentí un vacío inmenso dentro de mi corazón.
Con mis ojos vi algo extraño
al mirarme en el cristal;
la marca de un beso en los labios
que no me pude explicar.
Y giré hacia atrás la cabeza,
aun casi dormida te buscaba;
y recordé entonces el escalofrío
que momentos antes sobre mi rodaba.
Con la tensión de algunos quejidos,
que yo seguro descontrolaba,
te aferraste bien a mi cuerpo
y me entregaste tu alma.
Y en un éxtasis intenso,
como una fiera enjaulada,
fue cuando mis labios besaste,
diciendo todo sin decir nada.
No se aun si fue real,
o tan solo lo soñaba.
Solo se que junto a mi boca
está la tuya grabada.

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Después de caminar perdida,
de algo me he dado cuenta.
Que despierta ando dormida
y sueño estando despierta
***
Lo que con certeza sabemos
al momento de nacer;
es que vivir, viviremos,
para morirnos después.
***
Fue bella la primavera,
sin ti, sin mi, sin nada.
Fue precisamente ella
la que no nos necesitaba.
***
A oscuras pasamos las noches,
a solas mi piel y yo;
y siento hasta los reproches
que un día dejó tu adiós.
***
Que te deje de querer
me dices, mientras suspiras.
¿Cómo puedo hacer yo eso
si lo dices mientras me miras?
***
Por ti, sería capaz de pintar,
el sonido de una hoja que cae triste,
y roza suavemente la niebla del umbral
donde recorre un camino que no existe.
***
Existe tal sed en el mundo
que ni el rio mas fecundo
podría llegar a quitar.
Es la sed del amor,
y mientras exista el odio
no habrá quien se sacie jamás.
***
En un beso puse un suspiro
que tu boca al instante se llevó.
¿Cómo pudo acoger el suspiro
y dejar escapar el beso que mi alma te entregó?
Ni tu ni yo entendimos nada entonces,
pues a los dos nos faltaba un poco de razón.
Pero ahora que algo entiendo, puedo ya decir a voces;
que un suspiro es el beso que escapa del corazón.
***
Cómo el humo que se desvanece
entre causas y pensamiento.
Cómo el aire que no se parece
ni a la brisa, ni al viento.
Cómo dos almas que gritan a una sola voz
y quedan con la mirada fija en un instante.
Cómo tú y cómo yo,
tanto amor, y tan distante.

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Los nervios afloraban sobre mi piel, pude sentirlos afuera,
Mientras el corazón cada vez más y más se acelera…
Mientras mis palabras se esforzaban por no entrecortarse.
Era inútil intentar disimular lo que no puede ocultarse.

Tantas veces con tu presencia, con tu calor he soñado…
Ahora todo es diferente, puedo soñar a tu lado.
Fue más que especial ese momento, fue nuestra dulce locura,
Cuando en un instante sentí que tus brazos rodeaban mi cintura.

Creo que no puedo explicarte lo que en ese tiempo llegué a sentir,
Fue un cúmulo de sensaciones que solo supieron recogerse junto a ti.
Las gujas del reloj corrían demasiado cuando nuestros ojos fijaban nuestras miradas,
Cuando se unieron dos almas queriendo gritar lo que pronunciaron al tiempo nuestras bocas cerradas.